El café y las tradiciones en México

“Sonaban los mariachis, el aroma a copal estaba presente en el aire, las flores trazaban caminos, las velas parpadeaban encendidas, la mesa puesta con la familia reunida, alrededor de un recuerdo, de una presencia que no se olvida… De pronto, llegó una voz que suave dijo: No es que esté muerta, estoy dormida, tráeme un café y volveré a la vida…»

El Día de Muertos

En México la celebración del Día de Muertos varía de estado en estado, de municipio en municipio y de pueblo en pueblo, sin embargo, en todo el país se busca reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres queridos que vuelven del más allá.

¿Cómo se origina esta tradición?

Esta celebración integra tanto los rituales religiosos católicos traídos por los españoles como la conmemoración del Día de Muertos que los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos. Los antiguos mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal cultivo alimentario del país.

¿Cuáles son las ofrendas más características de los altares?

La ofrenda indígena se remonta a 1800 a.C. consistía en sepultar a los muertos con ofrendas específicas. En 1500 a.C. los pueblos sepultaban a los cadáveres acompañados con ricas ofrendas de cerámica, alimentos y utensilios personales. Esto era porque se creía que los muertos continuarían viviendo en otro modo y los utensilios les serían útiles en su viaje al Mictlán o que servirían como ofrenda para Mictlantecuhtli, dios de la muerte. Con la conquista, llega el cristianismo y las ofrendas adoptaron nuevos elementos como: santos, Cristos, algunas frutas que no existían en América, entre otras cosas. Aunque con el paso del tiempo las costumbres de esta celebración se han ido modificando, se mantienen ciertos elementos imprescindibles en la tradición. Por ejemplo: El agua: Representa la fuente de la vida o la pureza del alma La sal: Es un elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año. Velas y veladoras: La flama que producen significa la fe y la esperanza y sirve como guía para que las ánimas puedan ver mejor su camino. El copal: era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Las flores: Son la bienvenida para el alma. Tienen un significado dependiendo del color: blanca, amarilla, morada, roja, blanca. La flor de cempasúchil, por su color anaranjado, representa la fuerza de la luz del sol y de la vida. También puede simbolizar la tristeza. Caminos de pétalos: En muchos lugares del país se acostumbra poner un camino de pétalos, por lo general con la flor de cempasúchil deshojada, desde la puerta de la entrada hasta el Altar que sirven para guiar al difunto del camposanto a la ofrenda y viceversa. El pan: Es un símbolo que funge como un ofrecimiento fraternal. Retrato o fotografía del muerto. Imágenes religiosas: De santos de la devoción, tanto del difunto como de la familia. Se colocan para que sirvan como medio de interrelación entre muertos y vivos. La comida favorita: tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita. Las calaveras de dulce: Los pueblos mesoamericanos tenían presente el símbolo de la calavera como un recordatorio de la muerte, en un gesto de reverencia y respeto. También existen otros elementos en las ofrendas como: bebidas, cigarros, papel picado, “entierritos” o figuras con la forma de esqueleto, frutas naturales y en dulce, juguetes y dulces, arcos de caña o flores. Lo más importante en esta celebración es entender que la muerte no representa una ausencia sino a una presencia viva. La muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido.

¿Por qué el café también está presente en esta celebración?

El café se hace presente en las ofrendas donde se puede encontrar servido en tazas y también formando figuras con los granos. El café se convierte en un amigo ante la pérdida de un ser querido, pues, nos acompaña en su despedida. Quienes toman café son coleccionistas de historias, creadores de fábulas; quienes toman café se toman el tiempo de sentarse un momento, entre sorbo y sorbo se regalan una oportunidad de reflexión, observación e incluso confesión, que los transporta hacia imágenes y recuerdos compartidos con quienes ya no están. Se dice que, en las ofrendas, la gente que comparte el aroma de un buen café, podría traer de vuelta a más de un difunto y su sabor dar vida y alegría a quien lo beba. Originalmente de eso se tratan estas fiestas: celebrar la muerte honrando la vida, acompañando y compartiendo estos momentos especiales con todo aquello que nos hace bien. ¡Por eso nuestro Café Origen Selecto no puede faltar en esta celebración!