Cafeína y memoria: un impulso para las abejas polinizadoras

Cafeína y memoria

Descubrir flores con cafeína no solo energiza a las abejas, sino que también mejora su capacidad de recordar dónde encontrar estas fuentes de néctar.

El olfato es un sentido crucial para las abejas, ya que les permite ubicarse en el espacio y localizar las flores adecuadas. Un reciente estudio publicado en Current Biology revela que la cafeína no solo activa a las abejas, sino que también mejora su memoria. Aquellas que consumen néctar con cafeína muestran una mayor frecuencia de visitas a las mejores flores y tienen una mayor probabilidad de descubrir nuevas fuentes de néctar más nutritivas.

Sin aditivos

El estudio, liderado por Sarah Arnold del Instituto de Recursos Naturales (NRI) de la Universidad de Greenwich en el Reino Unido, destaca los beneficios de la cafeína para las abejas. Según Arnold, cuando las abejas consumen cafeína, muestran una mayor motivación y eficiencia en su trabajo.

En su entorno, donde la visión es limitada, las abejas dependen en gran medida del olfato para encontrar flores y regresar a la colmena. Por lo tanto, una mejor capacidad para distinguir los olores puede aumentar su rendimiento.

El estudio revela que las abejas prefieren las plantas con cafeína, como los cítricos y la baya del café, y que aquellas acostumbradas a este consumo buscan cada vez más estas fuentes de energía.

Mejora de la memoria espacial

Para el estudio, se tomó una muestra de 86 ejemplares. A un grupo se le expuso al consumo de cafeína con azúcar. A otro, únicamente se le ofreció azúcar. Inmediatamente después, se les presentó un olor sintético a fresa. Después de comer, se les liberó en un entorno controlado para poder analizar su comportamiento posterior, en el que había otros olores distractores. Los resultados fueron impresionantes.

Más del 70 % de las abejas que comieron cafeína fueron más hábiles para rastrear el olor sintético de fresa y encontrar su origen. El otro grupo eventualmente también llegó a la fuente de fresa sintética, pero les costó mucho más trabajo. «Esto sugiere que la cafeína tuvo un impacto notable en la mejora de la capacidad de las abejas para reconocer una flor de fresa por su olor y recordar que tiene el néctar deseado», escriben los autores.

A pesar de esto, las abejas que comieron cafeína muy pronto superaron su preferencia por el olor sintético a fresa y buscaron más opciones para alimentarse. Así, buscaron otras fuentes de olores diferentes, casi por igual. «De alguna manera, estaban desaprendiendo tan rápido como estaban aprendiendo,» explica Arnold. Aunque esto es cierto, a partir de la evidencia, la experta está segura de que la cafeína es beneficiosa para la memoria de las abejas.

Fuente: National Geographic